Las Cortes Generales están tramitando la nueva Ley de Secretos Empresariales, siguiendo las directrices de la Unión Europea, que, en 2016, aprobó una normativa para impulsar en los estados miembros una protección apropiada y equivalente a los secretos empresariales, siendo esencial para la innovación y la transmisión de conocimientos.
Debido al actual entorno digital y globalizado, las empresas tienen que hacer frente a una serie de problemas, que van desde las fugas de información, hasta la revelación de secretos, pasando por el espionaje. Teniendo en cuenta esto, con la nueva Ley, que actualmente está siendo abordada como un problema de competencia desleal, se pretende incrementar el nivel de protección de las compañías, además de contar con una regulación más completa.
Asimismo, esta regla señala que los juicios en defensa de los secretos empresariales se tienen que tramitar en los Juzgados de lo Mercantil, que están especializados en materias como la propiedad industrial, competencia desleal o defensa de competencia u otras.
Un catálogo de medidas para los jueces
Otras de las medidas a tener en cuenta se centran en preservar la confidencialidad de la información, que pueda surgir durante todo el proceso. De forma adicional, se ofrece a los jueces un catálogo de pautas concretas, entre las cuales, se encuentran la protección de dicha confidencialidad o la delimitación al acceso a determinados ficheros y documentos.
También se incorpora un protocolo para acceder a las pruebas que se hallan en poder de la parte contraria o terceros y, que no están muy dispuestos a facilitarlas al litigante.
Por último, esta Ley recoge unas normas, como el cese de usar o revelar el secreto empresarial o el producir, brindar, comercializar y utilizar mercancías infractoras, con el objetivo de garantizar la eficacia del propio proceso.
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