En un entorno tan inmediato como el actual, donde las consecuencias de nuestros actos se hacen notar rápidamente, la reputación corporativa juega un papel esencial para las empresas.
El problema es que construir una buena reputación puede llevar años, mientras que perderla apenas unos minutos. Por ese mismo motivo, la capacidad de respuesta de una empresa es clave en situaciones de crisis.
¿A qué nos referimos con el término reputación corporativa?
La Real Academia Española define reputación como “la opinión o consideración y el prestigio o estigma que son tenidos a alguien o algo”.
De este modo, la reputación corporativa supone un elemento esencial a la hora de fidelizar clientes, puesto que se trata de una forma directa de ganarnos su lealtad y confianza. Pero, ¿en qué se basa esta reputación?
El concepto (y las expectativas) sin duda difieren según el punto de vista desde el que se mire, no siendo igual para clientes, inversores, trabajadores, proveedores, medios de comunicación, analistas… pero podemos afirmar que en todos los casos la reputación corporativa no se gana por sí sola. Se trata del resultado de la gestión de una serie de variables como los productos o servicios, el nivel de satisfacción que tienen los clientes, los resultados de las acciones que pone la empresa en marcha, las actividades y el bienestar de la empresa en general.
Es decir, es un trabajo continuo. La reputación corporativa se construye día a día, no de forma puntual o específica y es necesario que se sostenga a lo largo del tiempo.
¿Cómo puede una empresa medir su reputación corporativa?
Más allá de los criterios subjetivos, distintos según quién se pare a analizar la reputación corporativa de una marca, existen una serie de parámetros básicos con los que sí es posible evaluar la reputación corporativa de una empresa:
- Cobertura en medios de comunicación: conseguir una cobertura favorable en los medios de comunicación debe ser uno de los puntos clave en el plan de comunicación con el que cuente la empresa. Los integrantes de esa área se encargarán de cuidar la imagen de la compañía de cara a los medios de comunicación.
- Fidelidad del cliente: la compañía siempre dará prioridad a la lealtad del cliente por encima del volumen de ventas. Un error bastante común es tratar al cliente como un simple vehículo para obtener beneficios, cuando es incluso más importante que vender. Para fidelizarle, se debe ofrecer un enfoque lo más humano posible con el objetivo de reforzar la imagen de la empresa.
- Buena relación con el entorno: nuestra compañía no es un ente independiente, sino que se trata de una parte más de ese medio en el que se desempeña, por lo que necesita estar en consonancia con su ecosistema empresarial. Sin la aprobación del entorno empresarial o comunidad en el que desarrollas tu actividad es difícil aspirar a una buena reputación corporativa.
- Opinión favorable de terceros: no necesariamente tienen que ser clientes, pueden ser otros agentes relacionados con nuestra actividad, como la competencia u otros actores de nuestro mismo mercado. Partiendo de una buena imagen de empresa y unos valores podemos construir la reputación de nuestra empresa.
- Buena relación con los reguladores: cada mercado cuenta con una serie de reguladores, tanto legales como jurídicos o fiscales, que son los que marcan las directrices que las empresas tienen que cumplir. Los reguladores están asociados a los gobiernos del Estado, regionales o locales y son una referencia para construir nuestra reputación. Por ejemplo, es evidente que una compañía que está al día con sus obligaciones tanto fiscales como laborales tendrá mejor reputación que otra empresa que cuente con multitud de expedientes abiertos y sanciones.
- Valoradores de reputación: a día de hoy existen una serie de empresas o entidades que ofrecen sus índices de reputación empresarial y no está de más obtener en ellos una buena posición. Clasificaciones como el Ranking Nacional de Empresas, Mejores Marcas Españolas, Best Workplaces España… Ahí se analizan una serie de factores como los horarios, el salario o los beneficios de los trabajadores.
Desde AVERUM Abogados somos conscientes de que la reputación corporativa se construye a largo plazo, es fruto de un trabajo constante y es necesario mantenerla a lo largo del tiempo, puesto que de lo contrario nos arriesgamos a dañarla.
